El azul de metileno ha sido utilizado en el ámbito médico, no solo como tinte, sino también por sus propiedades terapéuticas. Pero, ¿qué lo hace tan especial? Su secreto reside en su increíble capacidad para interactuar con nuestras células, actuando como un potente antioxidante.
Actúa como un transportador de electrones en la cadena de producción de energía de la mitocondria. En términos más sencillos, ayuda a que la “fábrica” de energía de la célula funcione de manera más fluida y eficiente, optimizando la creación de ATP (la molécula de energía de nuestro cuerpo). Al mejorar este proceso, podemos experimentar un aumento notable en la vitalidad, la claridad mental y la resistencia.