Estudios realizados recientemente han identificado en su composición la presencia de hericononas, substancias bioactivas, en las más importantes de sus variantes, desde los tipos A a la H.
Estas substancias son las responsables del crecimiento de los tejidos nerviosos y por tanto del mantenimiento de la cantidad de neuronas cerebrales, lo que puede significar una importante ayuda en la lucha contra la enfermedad del Alzheimer, y cualquier situación patológica que afecte el sistema nervioso en un campo pendiente de explorar.
En este aspecto, el envejecimiento por la edad de las neuronas junto al de todos los tejidos nerviosos, ya sea por edad o por patología, está marcado genéticamente en las células, pero eso no impide que podamos ayudar a nuestras más ínfimas partes, las células, a prolongar su duración.